lunes, 2 de junio de 2008

Kikirikí ma non troppo




Casi sin hacer ruído, sin molestar a nadie con sus cacareos, así es como se presenta en sociedad, así es como llegan las Memorias Sentimentales del Gallo de Escayola.
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Momentos raptados al tiempo y a la memoria, a los deseos y a los sueños, obligados a perpetuarse en ceros y unos para no olvidar noches de anhelos, rostros indelebles, ojos que se ven en el interior de los párpados al cerrarlos. Intenciones que quedan en nada, frustraciones y afanes que en alguna realidad paralela sí encontraron éxito y cumplida realización.
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Y es que el Gallo de Escayola enamora, pero no cubre.